El buho y el palomo
Érase un búho, dechado
de egoísmo el más perfecto,
de todo siempre esquivado,
cual si diera resfriado
su agrio, antipático aspecto.
“¿Por qué me aborrecerán?”
Dijo irritado y confuso
a un palomito galán.
-“Por culpa tuya”, él repuso:
“Ama, oh, búho y te amarán”.
_Rafael Pombo
La fábula del búho y los ratones ciegos
Esta fábula de La Fontaine ilustra perfectamente el accionar del demiurgo y el estado deplorable en que se hallan los seres humanos.
Esta fábula trata de un búho que ha aprisionado ratones vivos en el hueco de un árbol. Los ha ido atrapando uno a uno y les ha cortado las patas con su pico, para que no puedan escapar. También les ha arrancado los ojos para que no puedan ver ni encontrar una salida. Así, cuando tiene hambre los va devorando uno por uno sin mayores preocupaciones.
Esta fábula describe perfectamente el estado normal de la humanidad. El búho es el demiurgo que mantiene esclavizados a los seres humanos. El demiurgo ha atrapado Espíritus eternos y los ha encadenado a las almas de los hombres. Como el búho que mutila ratones, a través del miedo y las amenazas el demiurgo ha logrado que los hombres no puedan actuar libremente. También ha causado a los hombres una ceguera tal que no pueden conocer la horrible situación en que se encuentran, ni pueden conocer la verdadera realidad. Cegados por Maya, los cuatrocientos mil velos del engaño, el demiurgo se ha asegurado un sistema de esclavización casi perfecto. Paulatinamente irá engullendo una por una las almas de sus esclavos, a las que obliga a fusionarse con él.
Ignoro si La Fontaine sabía lo que estaba escribiendo con esta fábula, pero es una descripción perfecta del dios creador y de los seres humanos.
Fábula del búho y la paloma
Yo sé que soy de noche
?dijo el búho a la paloma blanca,
mientras se lamía una garra
donde se mecía una parca?.
Yo sé que soy de muerte
?dijo el búho a la paloma blanca?,
la noche me deja estar
por ella, sin ponerme trampas.
Ve, paloma, y haz el cuento
de mis leyendas mal contadas
donde mato sin nombre,
que no es mi culpa tener ojos
donde quepa la noche.
Yo sé, paloma ?dijo el búho?,
que aunque canto y aunque vuelo
nadie me oye por mis alas:
sé que me oyen por el miedo.
Y la paloma fue con miedo,
sana y salva, hasta su amo
que le enseña lo que aprende,
mientras come de su mano.
El búho y las aves
Un búho, en su sabiduría, aconsejó a las aves que cuando ciertas bellotas comenzaran a salir, las alejaran de la tierra y así no pudieran crecer. Ella dijo que las bellotas producirían un fruto, del cual un veneno irremediable sería extraído y por el cual ellas serían capturadas. El Búho después les aconsejó que desenterraran las semillas del lino, que los hombres habían sembrado, pues era una planta que no les presagiaba nada bueno. Y, finalmente, el búho, viendo acercarse a un arquero, predijo que este hombre, estando parado en un mismo sitio, lanzaría dardos armados con plumas que volarían más rápido que las alas de ellas mismas.
Las aves no dieron crédito a estas palabras de advertencia, y más bien pensaron que el búho estaba fuera de sí y dijeron que estaba loco.
Pero después, ante los hechos, descubrieron que sus palabras eran ciertas, y ellas se admiraron de su conocimiento y la juzgaron de ser la más sabia de las aves.
De ahí es que parece que ellas lo contemplan como el que sabe todas las cosas, y aunque él ya no les da nuevos consejos, en la soledad lamenta que no siguieran sus anteriores advertencias.
Nunca se deben de rechazar, sin haberlas analizado serenamente, las recomendaciones de los más sabios.
El Búho que no podía ulular
El Búho que no podía ulular”, nos quiere recordar valores fundamentales de la existencia humana, reflejándolos en animales. Estos cuatro cuentos escritos en clave de fábula, nos dejan enseñanzas que nos encaminan a la felicidad.
En el primero de ellos, un pequeño búho, no es capaz de emitir el sonido propio de su especie, sino un sonido que ofende a los ancianos de su aldea. Es que el bebé, a pesar de los esfuerzos de sus padres, no logra entonar el tradicional “who” (en inglés quien), sino que no deja de repetir “why” (por que). Así es expulsado del bosque y con tristeza abandona a sus padres. En su camino, se encuentra con un patito que enfrenta el mismo problema, ya que en lugar de decir “cuac” entona un desafiante “cuic”. Los dos compañeros se alejan en busca de aventuras, felices de encontrar compañía. Se dirigen a la ciudad, pues el pato está decidido a estudiar medicina y el búho, para no quedarse solo, se determina a ingresar a la universidad con su nuevo amigo. Allí, descubren que los animales no pueden ingresar a las universidades y aunque pudieran, antes deberían estudiar muchos años. Se sienten bastante perplejos y tristes. Entonces, piensan en preguntarles a las personas a que se dedican para encontrar algo que sea de su agrado. Sin embargo, descubren que los hombres no son felices, sino que se afanan en tener dinero para gastar. Ellos no quieren esta vida vacía. Entonces, descubren que deben aceptarse como son y valorar su verdadera identidad como búho y pato para poder volver con sus familias. La moraleja nos habla de la búsqueda del sentido de la vida, de no copiarnos de otros a los que creemos felices pero se molestan ante nuestros interrogantes, porque entonces su farsa puede quedar al descubierto. De amarnos tal cual somos y aceptarnos para desarrollar nuestra identidad y lograr la felicidad.
El segundo cuento es acerca de una cuclilla, que ante la crítica de una ardilla, decide abandonar su tradicional canto para imitar el de otra ave. Así, se ve buscando a los mejores pájaros cantores de la naturaleza en busca de un nuevo sonido que se adapte a ella y sea del agrado de todos. Durante este proceso, se va entristeciendo cada vez más, porque aunque aprende nuevos cantos, ninguno lo siente como suyo. Hasta que le hablan de una extraña ave australiana que puede imitar cualquier sonido. Emocionada, la busca. El ave lira, imita muchos sonidos para ella. Entonces sí que la cuclilla se deprime, porque reconoce que ella no es capaz de imitar tan perfectamente. El ave lira, compasiva, le revela que su vida en realidad es muy triste, porque ninguno de los cantos ni los ruidos que es capaz de copiar, es realmente suyo. Luego, la lleva a ver en una casa un reloj cucú, demostrándole que hay muchas personas a las que les gusta su canto.
Este relato nos enseña a aceptarnos tal cual somos, viviendo felices y agradecidos por los dones que hemos recibido. La opinión ajena, muchas veces puede coartar nuestra libertad y no dejarnos ser plenos y felices.
En la próxima fábula, una pequeña mariposa, la más pequeña del mundo, vive intensamente el primer día de su vida, ya que por un error de un duende, piensa que será el último. Así en un solo día, se enamora, hace amigos, conoce muchos lugares, y decide amar a todos los seres del mundo, pues no quiere desperdiciar su tiempo con el odio.
Por último, se nos presenta la historia de una perrita a la cual el miedo a las nuevas situaciones la ha confinado al interior del departamento de su dueña. Hasta que el cambio es forzado. Su ama, decide mudarse para progresar profesionalmente y entonces la cachorra cambia de dueño. En el departamento de este, conoce a un grillo que representa a la voz de su conciencia quien la obliga a enfrentarse a nuevas situaciones ayudándola a ganar confianza en sí misma y aumentar su autoestima. Así, a medida que se libera de sus temores, va logrando cosas que estaba segura que jamás podría hacer.
El miedo es natural e inevitable, pero no podemos permmitir que nos paralice y nos impida realizar nuestros sueños.
Los cuatro relatos, quieren dejarnos en definitiva una sola y antigua enseñanza, que no debemos dejar de repetirnos: si nos llenamos de amor, entonces lograremos todo lo que nos proponemos. Si nos llenamos de amor, entonces ya no habrá lugar para el odio ni para el miedo.
La fabula del buho
Pero resulo que un dia murio el buho, y una ardilla que a los pocos dias se dio cuenta, se apeno, por que solo podia dormirse cuando se desvelaba y oia al buho cantar…
Moraleja: Cualquier talento en el que creas, y que tengas dentro de ti, debes explotarlo y enseñarselo al mundo, nunca sabes cuantas personas necesitan de ese talento tuyo…
El búho y la alondra
Érase una vez, una alondra y un búho que un día se conocieron y por aquellas rarezas del destino, se enamoraron y formaron su propio nido….todo era muy lindo y emocionante siempre, pues al búho le encantaba cazar por las noches y a la alondra cantar por las mañanas….pero aunque esto no parecía ser ningún problema al principio, luego de cierto tiempo, la alondra se enojaba porque el búho, desvelado de cazar por las noches, no la acompañaba a cantar, y la alondra no acompañaba a cazar al búho porque debía dormir para levantarse temprano a cantar por las mañanas.
Y cuando uno acompañaba al otro, uno siempre andaba medio dormido, o muchas veces hasta malhumorado pues estaba perdiendo sus preciosas horas de sueño reparador.
Entonces luego de muchos disgustos y discusiones, la alondra y el búho se dieron cuenta, que no era que no quisieran pasar tiempo juntos, sino que simplemente sus reloj biológicos eran diferentes y por eso no podían estar juntos todo el tiempo que querían. Desde entonces, como se querían tanto, el búho dejaba que la alondra cantara por las mañanas y ella dejaba que su querido búho cazara por las noches, y muchas veces, hacían también el esfuerzo de acompañar al otro para disfrutar tiempo juntos, pero sabiendo que su reloj no podía cambiar